La TV no sería lo que es hoy en día sin la intervención de un mexicano: Guillermo González Camarena, ingeniero y uno de los inventores más esenciales en la historia del país.
González Camarena nació días tras la promulgación de la Constitución de mil novecientos diecisiete, un diecisiete de febrero, en Jalisco. Conforme con el escritor Alberto Chimal, el inventor aprendió a leer y redactar desde temprana edad.
Sus primeros inventos no se dieron en la tierra del tequila, puesto que con solo un año de vida su familia se debió mudar a la Urbe de México, debido al estado de salud su padre, Arturo González. En la capital del país, González Camarena vivió en la calle Havre de la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc.
A la edad de veintitres años se le dio la patente de su “sistema tricromático de secuencia de campos, usando los colores primarios, colorado, verde y azul, para la captación y reproducción de las imágenes” por la parte de México y Estados Unidos; de esa forma su invento comenzó a cobrar fama en el resto del planeta.
No obstante, esto no habría sido realidad sin su habilidad en la lírica musical, ya que compuso canciones que registró frente a la Sociedad de Músicos de México y con el éxito de las regalías pudo lograr la patente.
Diríase que el jalisciense insistía en que la TV debía servir primordialmente para instruir y divertir a los pequeños por lo que impulso la creación de la telesecundaria, uno de los proyectos más simbólicos de su distinguida trayectoria
Guillermo González Camarena murió a los cuarenta y ocho años en la década de los setentas debido a un accidente automovilístico, el que se dio tras una asamblea con el músico, músico y vocalista Agustín Lara.