¿Tienes un antojo de comer algo delicioso, pero no sabes qué cocinar? ¡Prepara unos boneless de pollo! Este plato es rápido de realizar, tan solo se necesita una pechuga de pollo y unas buenas salsas con que aderezar.
Los boneless de pollo están entre las botanas más populares en la actualidad debido a su sencillez y facilidad de preparación. Son trozos de pechuga de pollo, sin hueso (de ahí el nombre boneless), cubiertos con empanizado, hecho con pan rallado o con huevo y harina. Este tipo de snacks se fríen y se aderezan con salsas especiales para la ocasión, dándoles un sabor interesante que no decepciona a nadie.
La salsa para boneless es el atractivo principal, y la que diferencia a los boneless de otros tipos de pollo en botana, como los nuggets o las alitas. Algunas de las salsas más comunes que se suelen servir con los boneless son la barbacoa, la de mostaza y miel, la salsa picante, entre muchas más. Es recomendable experimentar con los distintos aderezos hasta encontrar aquel que simplemente sea el que más agrade al paladar propio y de los demás miembros de la familia.
Los boneless son tan fáciles de hacer que, incluso, se pueden preparar en casa, sin mucha complicación. La salsa también se puede hacer en el hogar, pero también se encuentran disponibles en todos los supermercados, para el que quiera un aderezo comercial. Es recomendable tener una botella de salsa barbacoa en el hogar, para así preparar unos boneless rápidos cuando lleguen visitas a la casa.
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Historia de los boneless de pollo
Ya son muchos los negocios que han incluido los famosos boneless en sus menús, pues son un producto rentable y fácil de preparar. Los bares y restaurantes son algunos de los espacios típicos donde se pueden conseguir estas botanas. Incluso se suelen conseguir durante los partidos deportivos, pues son un snack perfecto para disfrutar junto a la emoción del deporte.
Los boneless de pollo surgieron en Nueva York, específicamente en la ciudad de Búfalo. Se dice que, en el año 1964, la cocina del Anchor Bar estaba cerrada y Teressa Bellissimo decidió preparar una botana para los amigos de su hijo utilizando las sobras del pollo, friéndose y cubriéndose en salsa picante. A Dominic, el hijo de Teressa, le gustó tanto este plato que la familia decidió integrarlo al menú el día siguiente.
50 años después, se puede observar las repercusiones de aquel invento tan interesante. Los boneless de pollo se convirtieron en un boom no solo en Estados Unidos, sino en el mundo entero.
A México llegaron en los años 90, cuando las cadenas de comida estadounidenses se expandieron a los países hispanohablantes, y hoy en día el país cuenta con más de 5 franquicias de comida rápida que incluyen este plato en sus menús, sin contar los cientos de negocios locales que ofrecen este producto tan delicioso.
Las mejores salsas para acompañar un boneless
El secreto para unos boneless perfectos está en las salsas. Este plato no es muy complejo, cualquiera puede tomar unas pechugas de pollo, picarlas en trozos y freírlas con empanizado. El secreto de la receta consiste en conseguir la salsa adecuada para que este snack llegue al siguiente nivel, pues es el aderezo el que deja ese buen sabor de boca.
Los que busquen la experiencia auténtica de boneless deben acompañar los pedazos de pollo con una buena salsa búfalo. Esta salsa es cremosa y bastante picante, pero el sabor es simplemente incomparable. Aquellos que se atrevan a soportar el picor de esta salsa serán recompensados con unos boneless excepcionales, similares a los que se sirvieron aquella importante tarde de 1964.
La salsa de barbacoa es la más común en los boneless, pues su sabor picante no es tan intenso. Sin embargo, el sabor también es sumamente delicioso. La salsa de mostaza con miel o la salsa ranch son opciones para los que no son muy fanáticos del picante, y ofrecen un sabor más dulce en el caso de la mostaza con miel, y un poco agrio en el caso de la salsa ranch. Otras salsas que valen la pena probar son la salsa de ajo con parmesano o la salsa de queso azul.